Cierra los ojos, no hace falta que aprietes mucho los párpados. Siéntate relajado y respira profundamente notando como el aire entra por tu nariz, recorre todo tu cuerpo y expúlsalo por la boca. Te haré algunas preguntas, no hace falta que respondas aún. Escucha los sonidos que nos rodean. No los juzgues, no pienses si son agradables o desagradables, no intentes saber de dónde viene o qué los produce. Solo deja que lleguen a tu oreja. Tampoco intentes entenderlos o nombrarlos, solo escúchalos. - Intenta escucha el sonido más cercano a ti; un poco más cerca. - Ahora el que esté más lejos; uno aún más lejano si puede ser. - Vamos a jugar con ellos: escucha los sonidos de tu entorno de una forma global. * Son cortos o largos? * Cómo varía su intensidad durante la escucha; desaparece o suena cada vez más fuerte. * Elige uno de los sonidos que has escuchado ¿lo tienes? No juzgues si es bonito o feo, ruidoso, armónico; solo escúchalo, trata de dibuj